A por agua va la niña,
con su cántaro a la fuente,
a por agua va la niña
presurosa y obediente.
Sus mejillas las adornan
un tisú de finas pecas
su cabecita coronan
en un abrazo, dos trenzas.
¿Quién te espera, niña hermosa,
este día en la fontana
que sonríes primorosa
y haces sombra a la alborada?
"No me espera más que el agua
cristalina de la fuente,
que mi madre allí me manda,
haciéndole falta urgente".
Se acerca la niña a los caños
dónde brota el agua fresca
y un mocito de sus años
tímidamente se acerca.
"Te he visto al cruzar el puente
que tu casa y la mía separa,
tan graciosa y sonriente
que es un capricho tu cara;
y vengo a ayudarte, niña,
a portar el recipiente
no vaya a ser que a la ida
sucediera un accidente".
La pequeña, agradecida,
deja el cántaro en su mano
y de flores recogidas
a su madre lleva un ramo.
Ya vuelven los dos niños
de la fuente, con las flores,
con el agua, con los mirlos
que anuncian prístinos amores.
su cabecita coronan
en un abrazo, dos trenzas.
¿Quién te espera, niña hermosa,
este día en la fontana
que sonríes primorosa
y haces sombra a la alborada?
"No me espera más que el agua
cristalina de la fuente,
que mi madre allí me manda,
haciéndole falta urgente".
Se acerca la niña a los caños
dónde brota el agua fresca
y un mocito de sus años
tímidamente se acerca.
"Te he visto al cruzar el puente
que tu casa y la mía separa,
tan graciosa y sonriente
que es un capricho tu cara;
y vengo a ayudarte, niña,
a portar el recipiente
no vaya a ser que a la ida
sucediera un accidente".
La pequeña, agradecida,
deja el cántaro en su mano
y de flores recogidas
a su madre lleva un ramo.
Ya vuelven los dos niños
de la fuente, con las flores,
con el agua, con los mirlos
que anuncian prístinos amores.
A por agua va la niña
con su cántaro, a la fuente,
a por agua va la niña
presurosa y obediente.