sábado, 11 de agosto de 2012

Despierta y levanta.

Por esas mujeres calladas,
que aguantan sin tregua el temor
de la mano, sucia y cobarde,
de ese maltratador,

 que, vistiéndose de valiente,
roba con gritos y miedo
la alegría de esa mujer,
a la que un día, prometió el cielo.

De esos celos malignos,
con ese desprecio interior,
el hombre, se vuelve bestia,
pierde su nombre y honor.

A la nada reduce,
la violencia a la persona,
mientras callada, herida y rota,
deja a la amada esposa.

Amada por él en un tiempo,
pero amada, hoy en día,
por los hijos que ella tuvo,
con ese hombre de alma fría.

No es mejor la que aguanta,
¡mucho menos por temor!
¡respira hondo y levanta,
libérate del maltratador!.



Al que la mano levanta,
le pido una reflexión:
déjala volar, si no la amas,
mas ¡no le causes dolor!.






3 comentarios:

  1. Por desgracia, el tema de tus versos desgarrados está a la orden del día.
    Abrazos.

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  2. Grandes y preciosas letras, con ese sabor amargo de tan penoso tema!!
    Me alegro de haberte encontrado mi querida Maria Jose!!
    Mil besos!!

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  3. Que tristeza duendecita, cuanta bajeza en el ser humano, cuanto dolor se soporta y que difícil es salir de ese tipo de situación cuando hay hijos, cuando hay pobreza. Aplaudo a quienes como vos dejan su granito de arena aunque más no sea en un bello poema, que levantan su voz por ellas, porque necesitan de ayuda en verdad. Un abrazo preciosa amiga.

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