lunes, 17 de septiembre de 2012

Dulce locura.




¡Ay que me tienes loquita!,
loquita por tus pestañas,
por esa sonrisa en tu cara,
¡la más bonita de España!.
Mozo de porte galante,
¡me estás quitando el sentido!,
y tú ahí estás, tan campante,
sin saber lo que ha ocurrido.
Yo te lo voy a decír,
por mí, no quede el hablarlo,
y lo que haya de venír,
que venga, ¡ pero rodando!:
Me palpita el corazón,
y aunque quiero sujetarlo,
es un caballo trotón
difícil de echarle el lazo;
y es que tus ojos me matan,
tengo sed si veo tu boca,
tus dos manos me desatan,
tus palabras me provocan.
Y no hay más alternativa,
cuando te tengo delante,
que mostrarme muy altiva,
o en tus brazos derrumbarme.
O me doy la media vuelta
en ese preciso instante
y echo la aldaba a la puerta,
y no salgo ni a la calle,
o te asalto con un beso
cuando te tenga delante,
y así, te llevarás preso,
mi corazón delirante.


2 comentarios:

  1. Déjalo que se lo lleve Duendecito, para que un corazón sin dueño? Es una forma hermosa de ofrecerlo, de lo mas tierna, casi adolecente. El hombre se lo pierde niña. Miles de besos preciosa como siempre.

    ResponderEliminar
  2. Muy simpático el ritmo que le das a estos versos que me han encantado. Un gusto ver que estás muy inspirada.
    Un besico.

    ResponderEliminar