domingo, 23 de septiembre de 2012

Una de fiestas patronales ( II parte )

Al final, no fue tanto como esperábamos, sí , bueno, el susto no nos lo quitó nadie, aquella tarde en la comisaría no fue plato de buen gusto. Nos multaron, me multaron, porque supuestamente, era el responsable de llevar a Miguel en el maletero.
Los petardos ni los tocaron, así que, cuando salimos de aquel lugar nos dispusimos a continuar nuestro plan de fiesta patronal.
Si nos dábamos prisa aún llegábamos a la suelta de la vaquilla.
Volvimos nuevamente al coche para irnos a Callosa, excepto Miguel, a él lo acercó su padre más tarde, cuando acabó su servicio.
Las calles de este municipio son muy empinadas, ese pueblo crece en la falda y ladera de una sierra. Frente a él se abre un esplendoroso valle lleno de huertas de naranjos, limoneros, almendros...,así que, cuesta arriba, con la mitad de las calles cortadas al tráfico y en primera, a buscar aparcamiento.
Todo estaba ocupado,  las plazas reservadas para minusválidos ocupadas, que por cierto, allí me enteré de que mi primo Jaime, el fultbolista, tenía alguna minusvalía porque su coche allí estaba, in situ, en una de ellas. Vimos una libre, pero no quisimos aparcar en ella, somos petarderos, pero respetuosos.
Al fin ¡un milagro!, San Roque escuchó nuestras súplicas, y las del motor también, ya estaba el termostato a más de ochenta grados. ¡Aparcamos!.
La banda de música se escuchaba por allí y los cohetes dejaban señales de humo de por dónde iba, así que, todos para allá: David, Martina, Ana, Pepe ,el Opel Corsa del 89, que mi padre me dió como herencia anticipada cuando me saqué el carnet de conducír y yo, propiamente Gustavo, somos el equipo festero. Bueno, falta Miguel, que llegará con el Volswaguen del 2010 que conduce su padre.
Hechas las presentaciones, continuamos con nuestra búsqueda y captura de la banda de música.
Un olorcillo a morcillas asadas y choricejos nos distrajo del humo de los cohetes, y cambiamos un rastro por otro; nos fuimos primero a repostar a la cocina móvil de "bocatas a un euro".
Las chicas decían no tener hambre, pero contradictoriamente, hasta se zamparon un gofre de chocolate de postre... ¿hay quién las entienda?.
Bueno, con la "faltriquera" llena, a buscar la banda, pero ésta ya se había recogido.
No importa, ¡nos esperaba la vaquilla!.
Aquello si que era una plaza bien hecha, ni los romanos, hombre. Era una especie de anfiteatro con gradas y todo y en el centro del redondel, una tarima cuadrada y el burladero, cosa que no habíamos visto nunca, ¡era de metacrilato!, o sea, que te veías venír al torito bravo y el torito te veía con tu miedo, creo que eso le ofuscaba porque no hacía, sino embestír aquella tapadera como diciendo:¡venga, valiente!.
David se lanzó el primero al ruedo. Llevaba un sombrero mejicano que su madre le había traído de un viaje, le dijimos que no se lo pusiera, que aquello le restaba velocidad en la carrera, pero nada, no nos hizo caso. Pepe y yo nos subimos en la tarima, parecíamos gogós, y más cuando ¡apareció la banda de música!. Qué pasodobles más bien marcados.
Cuando el toro, (bueno, la vaquilla...pero era casi toro), miró al fondo sur, nosotros bajamos de allí para ir en su busca. Pepe y yo íbamos provistos de dos banderas españolas que nos servían de capote y, estará mal que lo diga, pero, qué arte tenemos,Señor, y lo bien que corremos...
En uno de aquellos intentos de Veronica,el becerro nos miró mal y aunque tenía los cuernos afeitados, nos dió tal embestida, que a mí me enganchó el pantalón por donde la espalda pierde su  nombre. Echamos a correr a la tarima, David al burladero,  pero el sombrero mejicano que le regaló su madre no cabía allí y se dió tal trompazo al entrar que cayó de espaldas en la arena del redondel, (como diría la Pantoja).
Mientras tanto yo, con el salwar roto, corría hacia el podium como un descosido, cosa que me sirvió de poco porque no me alcanzaba la pierna a subír. Menos mal que Pepe me pescó desde arriba, yo que creía ser el más rápido...
Las chicas jaleaban desde la grada y Miguel, que ya había llegado, no paraba de hacernos fotos.
Lo pasamos bien.

3 comentarios:

  1. Genial y divertido tu relato.Muy bien escrito y de gran amenidad... ¿Habrá una tercera parte?
    Se te echa de menos en el foro.
    Un abrazo.

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  2. Hola Era!,me alegra ver tu huellita en este escrito, cosa que me indica que lo has leído. Es grato saber que te ha entretenido su lectura. Gracias por ello amiga.
    Sí, hay tercera parte. Espero no aburrír, pero la imaginación sigue de fiesta.
    Un besico.

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  3. Y me voy por la tercera ¡que me encanta!

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