martes, 19 de marzo de 2013

Olvidame tú.

Aún queda un beso dormido
entre los pliegues de mi almohada
que cada noche, sin pedír permiso,
 sonámbulo se acerca a tu cara.
Aún quema la ceniza
en la pira del adiós,
la estela de tu perfume,
no se disipó.
Y el olvido, me mira sentado,
desde un lóbrego rincón,
quiere cogerme la mano,
borrar todo rastro de amor.
Dale la alternativa,
abandéralo tú, por favor,
que yo aún sigo de tu alma cautiva,
  presa de mi sinrazón.

 
 



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