domingo, 21 de julio de 2013

Qué fue del Amor...

Yo debí quererte,
debí quererte cuando el río
era caudalosas aguas,
cuando el viento era bravío,
cuando las flores ascuas.
Yo debí quererte,
debí quererte en la mañana
clara y limpia y encendida,
cuando mi sangre era llama
y tú, hoguera prendida.
Ahora el curso del agua es lento,
y en lontananza una brisa,
en un requiebro de viento,
es lo que mi alma divisa.
Ahora, las flores de mis mejillas,
son pálidas azucenas,
las que fueron alegrías
son del color ajenas.
¿Por qué no nos quisimos
antes de caer la noche?
¿Por qué siempre pusimos
en nuestra boca un broche
que a las palabras callaba,
mientras que el corazón al trote
luchaba por desatarlas?
Yo debí quererte,
tú debiste amarme,
no debí perderte,
tú, nunca olvidarme.

 
 
 
 
 


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