domingo, 18 de agosto de 2013

Dias de soledad.

 
Me dejaron sola las aguas, los vientos,
el suave vaivén que me iba meciendo,
tan solo quedaron mis manos sin remos,
nadie en el muelle que espere mi encuentro.
 
Sola y perdida fue mi arribo a puerto,
buscaba el refugio en esa bahía,
de un murmullo dulce que vino de lejos
anunciando tierra, y en ella, su guía.
 
Quedé sola en la isla
del sueño perdido,
sola con los besos
que había construido,
sola, mi mirada,
mirando al vacío
sola, con mi amor,
sola, con mi frio.
Y volver atrás
que gran desafío,
¡no sé desamar!
y hundí mi navío.
 
 


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