Me pides que te olvide
y sabes bien que lo haré,
pero primero...
el cielo debe ser verde,
las aves, volar del revés,
la blanca nieve, amarilla,
y los árboles, tener pies.
Las manos, deben ser alas
y los mares, de papel,
las rocas, de blanda espuma
y la sal, que sepa a miel.
Que al mediodía, la luna,
brille más fuerte que el sol
y en el hielo de un iceberg,
se despierte una flor.
Y cuando todo se cumpla,
sabrás que ya te olvidé.
y sabes bien que lo haré,
pero primero...
el cielo debe ser verde,
las aves, volar del revés,
la blanca nieve, amarilla,
y los árboles, tener pies.
Las manos, deben ser alas
y los mares, de papel,
las rocas, de blanda espuma
y la sal, que sepa a miel.
Que al mediodía, la luna,
brille más fuerte que el sol
y en el hielo de un iceberg,
se despierte una flor.
Y cuando todo se cumpla,
sabrás que ya te olvidé.
Está claro que no lo vas a olvidar nunca, con tanta condición es imposible...
ResponderEliminarIngenioso el poema María José, me recordó a alguna copla que sonaba por ahí.
Un abrazo.
Es que olvidar, no se olvida así como así, y menos cuando se quiere conservar ese recuerdo. Que complicada es la especie humana, Jero,
ResponderEliminarMuchas gracias por tu visita, un abrazo y feliz fin de semana.