miércoles, 26 de febrero de 2014

Nudos.



Tengo en el alma un nudo,
en el corazón un suspiro,
tengo las manos atadas
a estos versos que escribo.
Tengo una noche de ronda
por las vides del olvido,
mas no encuentro la fonda
donde se sirve ese vino.
Tenga pues lo que tenga,
yo lo quiero, porque es mío,
quiero ese nudo que me ahoga,
y morir, si he, de un suspiro.

sábado, 22 de febrero de 2014

Por culpa de Tizona.

Clara por fin dio la buena noticia en el geriátrico donde trabajaba:
-¡Ya tengo el carnet de conducir!
Paloma, Mercedes, Francisca y Manolo, sus abuelos más amigos le aplaudieron al unísono.
-¡Que bien!, ya nos puedes estar dando una vuelta con el coche...
Cuando la joven acabó su turno quedaron los cinco en inaugurar la L con un paseo en car, que de paso, les llevara a merendar a una chocolatería.
Las tres damas, con sus bolsos colgados en el antebrazo, la esperaban junto con el caballero en el zaguán de la entrada. Manolo evidentemente no llevaba bolso, pero llevaba a Tizona, así llamaba a su bastón.
Se acomodaron los cinco en aquel coche de cuatro puertas, las mujeres detrás y el hombre de copiloto; Clara les indicó que se abrocharan los cinturones, ajustó los espejos retrovisores y no sin antes poner el Cd de Juanito Valderrama que Mercedes le ofreció, emprendió la marcha.
-Lleva cuidado Clara, que aquí dentro van muchos años, hija- solicitó Francisca.
Ella le sonrió a través del espejo y continuó su trayecto hacia las carreteras que bordeaban la costa.
Aquel era un tramo largo y recto y ella circulaba a 40 km/h; Manolo la miraba de reojo,
-Chiquilla...písale un poco reina, que mira cuánta carretera tenemos por delante.
-No puedo, las señales indican 20 y ya me estoy pasando, vamos a 40...
-¡Ah! ¡pero yo sí!- dijo con una sonrisa maliciosa y entonces cogió a Tizona la cual, de un golpecito obediente y certero apartó el pie de Clara del pedal, siendo aquel taco de goma antideslizante quien apretó el acelerador poniendo el vehículo de 40 a 90 km en cinco segundos.
-¡Uhhhh! ¡chiiiico!- decían las señoras de atrás -¡el cuello, leches!, ¡atiende el tirón que me ha dado!
¡Manolo!
Je je je je....reía el kamikace.
Clara daba pataditas a Tizona, Manolo buscaba la diana del pedal,  las señoras hacían de coro con un ¡loco, loco! mientras el Juanito cantaba y, un radar, les esperaba a cincuenta metros para hacerles la foto.
No hubo chocolate, hubieron tilas.
Dos semanas más tarde, Clara recibió una notificación de tráfico: una multa de 300 euros más la retirada de los correspondientes puntos.
Ellos, su grupo de abuelos queridos, la veían preocupada, pero ella no quería decirles nada del por qué de la cosa pero, María, la corre-ve-y-dile de su compañera, cantó de pe a pa lo que le pasaba.
Así que, enterados ya de los efectos adversos de aquel impulso de Mayoyo, comparecieron bajo ignorancia de la muchacha en el juzgado que le fue asignado. El caballero declaró que era él quién  conducía y que se emocionó, ni más ni menos; presentó su permiso de conducir, vigente desde los años cuarenta y con todos sus puntos correspondientes de buen conductor y  pagó gustosamente aquellos euros.
Hoy día los paseos continúan pero Tizona, já,¡esa no sube más al coche!.

 




domingo, 16 de febrero de 2014

Signos.

Si sientes que un suspiro se hace preso en tu garganta,
si ves la luz del día coronada de guirnaldas;
si un ángel te susurra o tu sonrisa es señalada,
si una lágrima fugaz, se desliza en tu mirada...
no tengas miedo de ese miedo,
no tengas, corazón, malos presagios,
ni intentes apartar tan leves señas...
es sólo, que el amor, ha comenzado.

Como amar a una mujer.



Si no sabes cómo amar a una mujer,
sólo piensa como tomas a una rosa,
con el tacto más suave de tu piel,
con caricias no la sentirás nunca espinosa.
Si en sus ojos ves un halo de tristeza,
si su voz está quebrada en el silencio,
no preguntes nada, sólo, ¡bésala!
hasta el centro de su alma irá ese beso.
Por que amar a una mujer es tan sencillo,
coge sus manos, mira sus ojos, ¡quiérela!
no tengas miedo a tu ternura de hombre niño,
o apréndete ya esta canción y entonces ¡Mátala!...
no es necesario que te diga ¡de cariño!
 
 
 


sábado, 15 de febrero de 2014

España es mujer.

España tiene
bata de cola,
melena al viento
flor por corona,
manecitas abiertas
frente de rosa
pies descalzos que juegan
bajo las olas.
Tiene verdes los ojos,
campos de trigo,
pestañas que al Norte
son como ríos,
sus pechos, montañas,
valle es su ombligo
y mirlos que cantan
a los olivos.
España tiene
fe de cristianos,
alhambra mora
toritos bravos,
piedras que hablan,
puentes romanos,
salinas blancas,
viejas las manos.
Es mi tierra querida
mujer, Manola,
y llora herida
si se abandona.
Ama a sus hijos
y los perdona,
los quiere unidos,
madre española.
 



jueves, 13 de febrero de 2014

Querido desconocido.

Te he llevado tanto tiempo en el corazón...,
tanto has estado en él de lado a lado...,
te he llevado a pasear entre la gente
con la brisa del verano;
En el auto, en el paso, en la carrera,
en mi llanto te he llevado,
y no se cómo es tu rostro, ni tu risa,
el tono de tu voz, como caminas,
no se ni de tus ojos, ni tus manos,
ni sé que aroma prende en tu camisa.
Pero te he llevado, te llevo sin preguntas,
-nadie se ha asomado nunca al corazón-
él guarda lo que sabe es importante,
y sin preguntas, también lo acepto yo.

 

 
 


martes, 11 de febrero de 2014

Claro de Luna.

Algunas noches, la Luna,
con su camisón de plata,
baja hasta el bosque y desnuda
en sus aguas se baña.
El bosque entero la mira,
como se lava la cara 
y al mismo tiempo la besa
en el agüita espejada.
La Luna llena, entre ondas,
recibe sin vuelta ese beso,
dicen que los planetas
carecen de sentimientos;
no sabrán lo que ella siente:
un temblor en su reflejo
que va menguando a poquito
la variación de su cuerpo.
Así ella entrega su sonrisa,
arqueando su cuerpo desnudo,
el amor es, en el bosque,
 silencioso, tímido, mudo.
 
 


sábado, 8 de febrero de 2014

Aquel beso.



Equivoqué el lugar donde dejarte un beso,
lo colgué en el filo de una estrella
esperando que fueras a cogerlo,
pero la estrella, era tan fría allá en lo lejos,
que nunca lograrías alcanzarlo
y recogí de nuevo el mismo beso
para de nuevo, volver a equivocarlo.
Lo dejé en el agua, en su reflejo,
mas las aguas vienen, van, nunca están quietas,
y al acercarte nuevamente a recogerlo,
una ola lo robó de entre tus yemas.
Ahora ya sé que solamente vale un beso
si lo acompaña el calor de una mirada,
cuando se entrega con cariño de una boca
a otra que espera y lo recibe enamorada.
 
 
 


domingo, 2 de febrero de 2014

Nuestra Unión.

¿Qué une nuestros dos mundos
que soltar nunca pudiera?
¿Las poderosas aguas azules?
¿Un vasto manto de tierra?
Tal vez la transparencia del aire,
la soldadura del cielo,
la atrayente luna llena
o el imán de algún lucero.
Estas cosas me pregunto
por lo lejos que te tengo,
y la respuesta es tan fácil...
nos unen nuestros diez dedos.