martes, 18 de marzo de 2014

Riamos, señores.

Ríe,
riamos todos, es bueno,
ríe de un chiste, de un acto,
ríe de un gesto espontáneo,
ríete de la mala suerte,
ríe al meterte en un charco.
Riámonos de la lágrima,
esa, tonta, que emociona,
ríe de la risa del que ríe
 que risa con risa, se acopla.
Pero dentro de la risa,
distingamos,
cuánto bien que hace y cuán mal,
por eso, señores, riamos,
pero hagámoslo con seriedad.
No del que llora,
no, del que sufre,
no, del que está en soledad,
ni del ignorante,
ni del que se ríe
y por reírse de algo,
es de los demás.
Riamos, señores,
¡la risa es hermosa
con seriedad!.


Nota: debo decirlo, pues de risas estoy hablando, en estos tiempos que estamos, no concibo las risas en los gobernantes, políticos u otra forma inadaptada a la humildad y servicio para el que se han prestado , ¿les divertirá a nuestros políticos las cábalas que tantas familias hacen para subsistir? O tal vez ¿es que les divierten sus propias parodias que nadie más que ellos se creen?
¡Ríanse, señores, con seriedad!
 
 


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