domingo, 27 de abril de 2014

Y qué bonito es que existas.

Quise construir mi ideal, que trajinera, y para ello me subí a la montaña y recogí el agua fresca que brotaba de un manantial. Anduve recogiendo semillas de personalidad, algodón de un algodonar, ramitas de olivo, todo lo que para mí son símbolos. Después me fui al océano, de allí me llevé caracolas, caballitos y estrellas de mar, hasta cargué con un rayo de sol. De la noche sustraje calma, un cuadrante de silencio y hasta un planeta travieso. Ya, teniendo todos los ingredientes, mi imaginación se puso a trabajar y levantó un hombre bueno, firme y responsable, cariñoso, sincero, consecuente y tierno, ¡pero ah de mis inventos!, -que listura María-, resulta que ese hombre no lo he inventado, ya existía, sólo que, aún no lo había encontrado.
 Que bonito es que existas.

4 comentarios:

  1. Afortunada tú que encontraste una joyita así, creo que no hay muchos con todas esas cualidades, sólo yo y dos o tres más...:)

    La imagen, una ternura.

    Abrazos María José.

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    1. jajajjajaj ¡Modesto,baja que sube Jero! jijijiji....que es broma, es que me ha hecho mucha gracia tu comentario. Ea, siendo así, caballero Galán, que bonito es que exista.
      Muchas gracias por la visita y por tu simpatía.
      Un abrazo, amigo.

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