Temporeros de racimos,
de cepas vivas de uva,
nómadas que viajáis al rumbo
de la cosecha madura.
Allá donde la viña espera
os acerca la voluntad,
donde la tierra os llama
hacéis de ella el hogar.
Temporeros de olivares
que a fuerza de varear desnudan
del árbol de hoja perenne
la negra o verde aceituna.
Temporeros a contratiempo
del cereal dorado,
con el reloj del esfuerzo
la tierra vais recortando.
Temporero ¡que el alba asoma!
¡ya está despuntando el día!
en pié estará tu persona
frutalmente decidida.
Un trabajo duro y mal considerado el de estos temporeros que, sin embargo, y gracias a su labor, nos llegan a nuestras casas los productos de la tierra.
ResponderEliminarSiempre he pensado que la solución a todas las crisis está en el campo y que deben de ser los políticos los que lo vuelvan a dignificar.
Abrazos.
La materia prima de nuestra existencia está en el fruto de la tierra y el mar, tanto el agricultor y el recolector como el pescador merecen un reconocimiento mucho mejor que el que he querido dedicarle por su gran esfuerzo y sacrificio. Estoy de acuerdo contigo en que los políticos deben valorarlo y prestar la ayuda necesaria por y para el bien de todos.
ResponderEliminarGracias Jero, siempre un placer encontrar tu presencia.
Abrazos.