martes, 10 de junio de 2014

Amor egoísta.

 
De mi jardín ha volado
un hermoso ruiseñor,
él me traía cantares
de los campos en flor,
del agua del río me hablaba,
me explicaba su temblor,
del líquido rumor que el viento
va extendiendo bajo el sol.
 
Él me pintaba colores
con el trino de su voz,
él despertaba las flores
que duermen en mi balcón.
En mi jardín ya no canta
aquel hermoso ruiseñor,
¿dónde posará sus alas?
¿a quién dará su calor?
 
Mi jardín está triste,
tan triste está como yo,
desde que se ha marchado
no ha nacido una flor.
 
Mas, quedaré a la espera
del retorno de ese amor,
y que un manto de primavera
nos cubra de nuevo a los dos,
 era, sentirlo a mi vera,
todos los campos en flor.
 
Es egoísta mi espera
es altruista el cantor.
 
 
 
 
 
 
 
 

2 comentarios:

  1. ¡Cómo echamos de menos a los cantores que nos alegraban la vida!
    Precioso romance María José, muy de tu estilo.
    Es triste ver pasar las primaveras sin ruiseñores que nos alegren los días.

    Abrazos.

    ResponderEliminar
  2. Hola Jero, siempre quedará el recuerdo de esa voz, podemos quedarnos con eso que también es bonito e intemporal y para nada egoísta.
    Gracias por tu visita, recibe el abrazo que te mando.

    ResponderEliminar