miércoles, 25 de junio de 2014

Maternidad

La mujer lleva, en su cesto
de las flores, la más blanca,
la que no han tocado dedos
ni ha sido jamás cortada.
Ahí la cultiva, fragante,
envuelta en agua ondulada,
delicadamente cautiva,
maternalmente guardada.
En tanto, la Luna le avanza
tres trimestres gloriosos
nueve meses de esperanza,
tiempo en que abrir los ojos
su florecilla temprana.
La mujer lleva a la rosa, al Jacinto,
lleva a la dalia, lleva al clavel,
lleva un nenúfar en su cestillo
al que, la Luz, troca pétalo en piel.





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