martes, 8 de julio de 2014

Doble o nada

Mi novio fue siempre un tipo raro lo reconozco, su rareza estaba en la ambigüedad de sus palabras; hay quien la tiene en el vestir, en los gustos, qué se yo, la suya estaba en que todo lo que decía tenía doble sentido. A mi aquello me hacía gracia hasta que me decanté por uno de los sentidos de sus frases y, poco a poco, fui viéndolo todo claro, distinto, al fin y al cabo siempre me dio dos opciones. Una semana antes de marcharse de viaje tuvimos una pequeña conversación, pero fue en el aeropuerto cuando...

La semana antes de la que hablo fuimos al cine a ver una película romántica y al salir -la banda sonora aún me acompañaba- le pregunté con ojos golositos:
¿Y tu reina quién es?  Me contesta: Leticia.
¿Te parezco bonita? Y me dice: Eres poseedora de una belleza rara.
Después guardé silencio, pero una vez en el coche camino a casa recordé parte de un poema de Pablo Neruda que dice: Me gusta cuando callas..., y le pregunto ¿cómo te gusto más, cuando hablo, cuando callo...? Y apostilla: Cuando duermes.

...al despedirnos, lo vi todo claro. Hasta me pareció el momento y el lugar apropiado para decirle las palabras que le dije a posteriori de las suyas. El caso es que le pregunté ¿me echarás de menos? y él me dijo: Lejos más te quiero; le rebatí entonces con un "tanta paz lleves como descanso dejas".
Y no volvimos a vernos más.






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