sábado, 23 de agosto de 2014

Ya no tengo ganas de soñar

De una estrella a esta parte
ya no tengo ganas de soñar,
a ella le contaba los desaires
y las cosas que me hacían respirar.
Por las noches, se acercaban las doncellas,
esas que en el cielo oscuro salen a escuchar,
y en el día, siempre se quedaba algún testigo,
un lucero vigilante que solía trasnochar.
Nuevamente salen en la noche,
nuevamente vienen a escuchar,
pero yo me siento diferente,
ya no tengo ganas de soñar.
Debe ser el cambio ese que dicen
-perspectiva longitudinal-
 de que cuantos más años se van cumpliendo,
más nos vamos acercando a la verdad.
Eso será.

6 comentarios:

  1. Aunque la longevidad abrace, a lo onírico no se puede soslayar por qué aún sin mirar atrás, siempre se puede tocar las nubes con un dedo…http://dialtri.blogspot.com.es/

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    1. Hola Dionisio, es bonito lo que apuntas en tu comentario y aunque me voy a extender un poco con el mío voy a dejarte un pequeño resumen de un microrelato que leí no hace mucho y que tus palabras me han hecho recordar, es así más o menos.
      A orillas del Misisipi dos amigos hablaban, uno de ellos dijo: me gustaría tener un campo de sandías.
      El otro le dijo -si lo tuvieras ¿me darías cien sandías?
      No, aseguró el primero.
      Soy tu mejor amigo, ¿me darías cincuenta sandías?
      No.
      Y una sandía, ¿ me darías una sandía?
      No.
      ¿Pero por qué?
      Porque tú no te esfuerzas en soñar.

      Gracias por tu amable lectura, seguiré visitando tu blog.
      Saludos.

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  2. No creo que sea cosa de los años,María José.Es que a veces nos dan ataques de realidad y nos olvidamos por memento de los sueños,pero creo que nunca se deja de soñar ni es bueno que así sea.
    Que tus sueños se hagan siempre realidad.

    Gracias por tu huella en mi blog.

    Abrazos,.amiga.

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    1. Bueno, pongamos que es eso Jero, estoy de acuerdo con lo que dices de que es bueno conservar, al menos, un sueño, y aunque no se hiciera realidad, el tiempo que se lleva en la mente no es perdido, porque se convierte en ilusión, motivación, un ingrediente fundamental para levantarnos en los momentos, digamos, pochos.
      Gracias por tu amable visita, pasa un feliz domingo amigo.
      Abrazos.

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  3. Es difícil soñar estando triste pero la tristeza se va... ¡soñando!
    Un beso de Mendiño.

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  4. Son bonitas tus palabras Mendiño, y también encontrar tu presencia.
    Gracias por ambas.
    Un beso.

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