miércoles, 22 de octubre de 2014

Cercanía

Me acosté soplando una estrella,
dejando la luna encendida
que su media luz, su candela,
vigile tu noche dormida.
Me acosté mandándote un beso,
pidiéndole a Dios por tu bien,
deseando que todo tu entorno
 agradezca y valore tu ser.
 
Ya de día los pájaros cantan,
la luna marchó a descansar,
las calles bostezan serenas
y hay un barquito en el mar;
y tú te habrás despertado,
yo te quisiera abrazar
y así, el sol habrá coronado
mi extraña forma de amar.
 
 


2 comentarios:

  1. Al sentir el canto en la media luna
    por la voz que dulcemente acuna;
    dejas que todo, que todo sea leve
    y flotas ilusionado sobre esa nube
    en la que el sueño es casi profundo
    y lo bueno que existe en este mundo
    en tu ser se prende y pronto sueña
    y en mejilla espera un beso de seda.

    Un beso María José y felices sueños

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  2. Muchísimas gracias por tu dulce comentario que si no es un poema a mi me lo parece. Ten un bonito día Dionisio.
    Besitos.

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