sábado, 15 de noviembre de 2014

"Nanas de la cebolla" Miguel Hernández


 
La cebolla es escarcha
cerrada y pobre.
Escarcha de tus días
y de mis noches.
Hambre y cebolla,
hielo negro y escarcha
grande y redonda.
 
En la cuna del hambre
mi niño estaba.
Con sangre de cebolla
se amamantaba.
Pero tu sangre,
escarchada de azúcar
cebolla y hambre.
 
Una mujer morena
resuelta en lunas
se derrama hilo a hilo
sobre la cuna.
Ríete niño
que te traigo la luna
cuando es preciso.
 
Tu risa me hace libre,
me pone alas.
Soledades me quita,
cárcel me arranca.
Boca que vuela,
corazón que en tus labios
relampaguea.
 
Es tu risa la espada
más victoriosa,
vencedor de las flores
y las alondras.
Rival del sol.
Porvenir de mis huesos
y de mi amor.
 
Desperté de ser niño:
nunca despiertes.
Triste llevo la boca:
ríete siempre.
Siempre en la cuna
defendiendo la risa
pluma por pluma.
 
Al octavo mes ríes
con cinco azahares.
Con cinco diminutas
ferocidades.
Con cinco dientes
como cinco jazmines
adolescentes.
 
Frontera de los besos
serán mañana,
cuando en la dentadura
sientas un arma.
Sientas un fuego
correr dientes abajo
buscando el centro.
 
Vuela niño en la doble
luna del pecho:
él, triste de cebolla,
tú satisfecho.
No te derrumbes.
No sepas lo que pasa
ni lo que ocurre.
 
 
 


2 comentarios:

  1. Es éste Mª José, una Inquietante “nana”, de lamento que describe, ese empobrecimiento al que el amor pretende desviar y ocultar, para qué la tristeza no acuda y la imaginación vuele…
    Un abrazo

    ResponderEliminar
  2. Es tan triste y hermoso a la vez...triste porque está escrito desde la cárcel, según he leído su esposa le mandó una carta hablándole del hambre que pasaban. Triste porque no pudo acudir a su encuentro, para ayudar, para envolverlos siquiera con el alimento de su amor...triste por el aislamiento forzado y forzoso para con los suyos. Hermoso por la felicidad que le hubo de dar las noticias de su mujer e hijo, por ese niño al que le desea el calor y el ensueño de su cuna, donde todo es inocencia y sonrisa. Hermoso por cómo le habla a su esposa, la describe como una mujer morena resuelta en luna (fuerte, sabiendo brillar aún dentro de la oscuridad y el temor) la doble luna de su pecho (ella pasa hambre y al mismo tiempo lo alimenta)....para mi es uno de sus poemas más sentidos, porque le habla a lo más suyo.
    Tu comentario es muy bonito, muchas gracias por la amabilidad de tu presencia. Un abrazo Dionisio.

    ResponderEliminar