jueves, 27 de noviembre de 2014

Suspiros que andan sueltos



Suelen pasar cosas raras
cosas sin explicación,
a mi me ocurrió esta mañana
y averigüé su razón:
El día salió muy claro,
alumbraba mucho el sol
sin ser ardientes los rayos
desprendían su calor.
Las aves aleteaban,
jugando de dos en dos,
y un perrito le ladraba
a un vehículo a motor
-mi ventana mira al parque,
árboles son mis vecinos
y todos sus habitantes,
desde la hormiga hasta el tilo-
De repente, y en silencio,
algo fue que se coló
con colores de artificio
dentro de mi habitación.
Yo pensé, será algún duende
o una mariposa aviesa,
un pajarito imprudente
o una abeja muy traviesa,
puede ser una cometa...
y corrí para mirarla,
pero no se estaba quieta
lo que fuera que allí entraba.
El caso es que media casa
me puso patas arriba:
los cuadros, todos doblados,
las lámparas, encendidas,
las cortinas ondeaban
sin hacer aire ninguno
y aquella cosa tan rara,
lo que fue, me lo figuro...
pues sentados en un banco,
al mirar por la ventana,
vi a los dos enamorados;
dulcemente se besaban.
Aquella cosa tan rara
que en mi casa se coló
fue un suspiro de sus bocas
fue el amor, ¡que se escapó!.
Decid si no es alegría
lo que lleva el corazón.




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