miércoles, 17 de diciembre de 2014

Canción del marinero

A mi, que soy marinero
y cambio tierra por mar
dejando unos ojos trigueños
a la deriva, sin par,
no decidme qué es la pena,
mi corazón lleva sal
y cuando el ancla se eleva
en la hora de irse ya,
se disuelve entre mis venas
y entonces me hace llorar.
Luego las olas me acunan
queriendo esa pena frustrar,
se levanta blanca espuma,
mi barco parte la mar
y me enfrento al horizonte
que me llama sin cesar.
Después se acerca la noche
con su vertiente de cal,
que la estrellas me escuecen
si a mi lado ella no está,
se filtran rayos de Luna
en mi cama de metal;
añoro su piel aceituna
cada rato un poco más.
A mi, que soy marinero
no decidme qué es llorar,
que hay olas que se han formado
por mi nostalgia en la mar.







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