domingo, 22 de marzo de 2015

Mi lectura de una elección

Andábamos de turismo una prima mía y yo por aquella ciudad de la que no diré el nombre, no porque hayamos hecho algo malo, sino porque por el acontecimiento puede ser cualesquiera a día de hoy.
Vimos a la gente dirigirse en tropel en una dirección, nos sumamos a ella, no tanto por propia voluntad como por los empujones que íbamos recibiendo en ese sentido, y al final, por pura curiosidad. Era a una plaza.
Cinco autocares aparcados añadían importancia al evento, doscientas cincuenta almas que en total bajaron de ellos añadían masa, y la música, que sonaba a través de los altavoces añadía velocidad a su conjunto.
En la plaza había un escenario y en su centro un atril. Al fondo y a ambos lados de éste, altavoces y, pendiendo de una cuerda banderitas que representaban unos colores. Delante de la plataforma habían sillas que fueron ocupadas rápidamente.
Nosotras buscamos posición detrás de ellas, en pie, allí esperamos que aquel evento diera comienzo.
No tardó mucho en aparecer una persona, recibida entre aplausos, en aquel escenario.
Asentía con la cabeza a modo de agradecimiento y saludaba con ambas manos al público. Comenzó su charla. Al principio fue relajada, de cuando en cuando era interrumpida por aplausos espontáneos, más adelante comenzó a cambiar su tono de voz, más parecía entonces llorar que orar.
Los decibelios que emitía su garganta se incrementaban, sus gestos al compás, y aquel discurso fue tomando, poco a poco, tintes trágicos, a mi se me embozaron los oídos llegado al punto de que ya nos distinguía lo que hablaba, lo que prometía, lo que ansiaba, y tuve que preguntarle a mi prima. Me dijo que pedía el voto.
Yo me pregunté entonces que si una vez el voto a su nombre, si una vez el cetro en su mano, seguiría poniéndole el mismo sentimiento a su hora de actuar, de hacer o deshacer, de ejecutar las funciones para las que había sido elegida; es que luego de pasado el hambre no se acuerdan del cocinero, del pescador, del ganadero, del albañil, del médico que les cura la indigestión, del agricultor...
Nos marchamos mi prima y yo dejando atrás la fiesta, hasta que, como por capricho, nos encontramos no muy lejos de allí otra plaza con la misma plataforma, bullicio de gente, oratorias, lo único que cambiaba era el color de las banderitas, y que al hablar el ponente, no lo hacía sino en tono allegro.
He aquí las variantes que hay dentro de la política, cuando lo que necesita esa voz es conocimiento de causa,  honestidad, sentido común y no tristeza ni alegría sino seriedad.
Decir he, que pasados los discursos de ambos eventos fueron ofrecidos montaditos y refrescos, será por aquello de que contentar el oído a la par que el estómago funciona para ganarse la mano de obra.
Evidentemente todos se presentan en camisa, no desnudos.


domingo, 15 de marzo de 2015

El constante movimiento de la naturaleza

 Es curioso, a veces hay que acelerar la imágenes para poder observar su movimiento,
otras, en cambio, ralentizarlas para poder apreciarlo. La naturaleza tiene un orden establecido increíble.


sábado, 14 de marzo de 2015

De vagones y locomotoras ( Cuento infantil)



Una locomotora quedó aparcada, junto con tres vagones, en la cochera en dónde descansan los viejos trenes cansados de caminar. Allí se miraban unos a otros comparando sus estados: alguno estaba oxidado, otro tenía abolladuras que para él eran cicatrices, también había uno cuyos cristales de las ventanillas habían perdido el brillo y la transparencia por el paso del tiempo, pero todos ellos sabían mucho de caminos y de gente, de idas y venidas, de encuentros y despedidas, por algo eran trenes. Ahora habían quedado como exposición en un museo ferroviario.
Niños y mayores los visitaban en su descanso, generalmente eran los domingos el día de mayor afluencia. La locomotora, así como los vagones, observaban al mismo tiempo a la gente, los escuchaban hablar, oían lo entendidos que eran algunos y les gustaba que los tocaran, que entraran en su interior y se sentaran en sus asientos, les gustaba el contacto con la gente, siempre había sido así. Pero entre máquina y vagones había uno que era de mercancías; aquel era muy serio, no sabía del contacto humano, toda su vida se la pasó transportando materiales. La gente le molestaba, no soportaba el ruido de los niños que se paraban delante de él mirándolo de arriba abajo e imitando el sonido de una bocina -¡ puuu... puuu!.- exclamaban mientras hacían un gesto con el brazo como tirando de algo.
-Míralos, qué ruidosos, qué llorones, por no decir lo pequeños que son, que no levantan ni un palmo del suelo- Para él los domingos era el peor día de la semana.
Cierto día hubo una reunión en el ayuntamiento del pueblo, el alcalde, junto con varios concejales y  un grupo de vecinos que se hacían llamar "Amigos de los trenes"  llegaron al acuerdo de poner en marcha un proyecto especialmente bonito para aquellas máquinas que descansaban en el aburrimiento.
Dado que el antiguo trazado por el que concurrían las vías aún estaba bajo las hierbas salvajes que habían ido creciendo, aprovechando aquel abandono, se acordó de recuperar el circuito hasta donde fuera posible y poner en marcha lo que iban a llamar "Un paseo por el recuerdo".
Se pusieron todos manos a la obra, limpiaron las vías, arreglaron los tramos en los que había algún desperfecto y trazaron un nuevo camino de vuelta al lugar desde donde estaba previsto que partiera el tren. El recorrido final quedaría en una distancia que al paso de la vieja locomotora supondría una hora, un paseíto estupendo para no cansarse.
Ellos se asustaron cuando comenzaron a moverlos y a meterse en su interior para observarlos detenidamente, para arreglarlos y ponerlos más guapos. Qué nervios, qué incertidumbre, pensaban que los iban a mandar a la chatarra, pero poco a poco empezaron a coger confianza, sobre todo cuando la locomotora, que era muy lista, se dio cuenta de que si fueran a desmontarlos no llevarían el cuidado que les demostraban, a ella misma sin, ir más lejos, esa misma mañana le habían limpiado la caldera y revisado los frenos, los vagones también lo apreciaron puesto que a uno le habían forrado los asientos con terciopelo rojo y a otro le habían pulido los cristales dejándoselos brillantes, aquello prometía algo bueno.
Cuando estuvieron perfectas las vías, fueron depositados uno a uno sobre ellas en un orden establecido: primero iba la locomotora y enganchada a ella el vagón de los cristales, a continuación el de los asientos rojos y por último y cerrando el convoy, el mercancías, es decir, el serio.
El día de la inauguración fue toda una fiesta, tiraron cohetes, acudió la banda municipal regalándoles una alegre sinfonía, el sol se sumó al evento y como no podía ser de otra manera acudieron mayores y niños. ¡Qué majestuoso se veía aquel tren envuelto en una nubecita de vapor! respiraba alegría por los cuatro costados. La gente comenzó a subir y, curiosamente, todos los niños querían ir en el descapotable que, para poder sentarse, fue habilitado con un banco corrido en forma de U.
-¡Ya vienen!- decía él cuando vio que se le acercaban aquellos de un palmo de altura, -no había otro vagón, no, -refunfuñaba-
El trayecto fue delicioso para todos, cruzaron un valle en el que en ambos lados podían verse caballos pastando sobre la hierba y a lo lejos se divisaba la arboleda, estaban los árboles tan juntos que parecía una muralla verde; después les tocó subir una cuesta empinada en la que al bajar la cima, aparecía el mar delante de los ojos. En aquel momento el sol hacía que sobre la superficie azul del agua parecieran haber mariposas revoloteando en brillos, eso dijo una mamá, o palomitas de maíz flotando, así le pareció a un niño. Un poco más adelante el giro, y vuelta a la estación.
 Cuando el tren se detuvo todo fueron aplausos y el vagón de mercancías, por primera vez en su vida ¡sonrió! luego dijo en voz baja: la próxima vez que salgamos de paseo me pido todos los niños. La locomotora lo escuchó y soltó un alegre silbido.

Y colorín colorado este cuento se ha acabado.




viernes, 13 de marzo de 2015

La distancia, compañera.

Entre tu boca y mi boca
hay un suspiro latiendo,
hay una párvula luna
 hay un silencio.
Hay una historia antigua
de un amor nuevo,
un olvido olvidado;
siempre recuerdo.
Un posible te quiero,
 un nunca cierto,
un deseado encuentro
siempre con miedo.
Por eso es que la distancia
nos va robando los sueños
y se lleva los suspiros
que rondan nuestros alientos;
para que este amor descanse
en el cielo de los buenos.

miércoles, 11 de marzo de 2015

Sintomatología

Este chico tiene algo, María, ¿no te has dado cuenta de lo distraído que anda últimamente? Le preguntas algo y te contesta a los cinco minutos, y encima con un sí o un no, no creas que gasta mucho en palabras..., las notas del instituto han caído en picado y lo mismo se cierra como una ostra que se parte la camisa como Camarón. Debemos hacerle un seguimiento cauteloso, que estoy más mosqueado que un pavo en Nochebuena.
Tienes razón Arturo, yo no quise decirte nada precisamente por no preocuparte, pero también me he dado cuenta de su comportamiento. Mira, el otro día alguien lo llamó por teléfono, después de estar casi veinte minutos de cháchara, pero tan bajito que no se le entendía ni jota, se fue a la calle; tardó hora y media en volver y traía unos ojos..., cándidos, Arturo, cándidos...y no quiso ni cenar.
¿Y si anda metido en algo malo? con tantas cosas que se ven y se oyen...mira, vamos a llevarlo al médico para que le haga un reconocimiento de descarte. Así por lo menos nos quedamos más tranquilos.
El médico de toda la vida le preguntó qué le ocurría y el muchacho, con toda la sinceridad del mundo le dijo que nada, - Don José, los que necesitan tratamiento son mis padres, se pasan el día espiándome, creen que no me doy cuenta pero hasta les han crecido las orejas de tanto afinar el oído y pegarlo a la puerta de mi cuarto.
-Bueno chaval, lo que pasa no es otra cosa que se preocupan por ti, me han dicho que tus notas han bajado y en fin, sabes que hay sustancias con las que no se debe jugar...
Bueno, ya lo que me faltaba, que piensen que soy un porreta...pero sabe usted, me resulta divertido que éste misterio se descubra a través suya. Puede dar con la clave de mi comportamiento sin necesidad de analítica ni de la máquina de la verdad, va a ser mucho más fácil, hágame caso, coja el fonendoscopio y cuando le avise me ausculta.
El médico hizo acopio del artilugio, David se levantó la camiseta y tras pronunciar el nombre de Jesica le dijo, proceda doc.
El diagnóstico fue muy claro:
Ay, el niño, éste niño lo que está es ¡enamorado!

lunes, 9 de marzo de 2015

Equilibrista


Me sobra amistad con la soledad,
me sobran lugares para recordarte,
me sobran las calles de ésta ciudad
e intentos fallidos de huir a buscarte.

Me sobran estrellas en la habitación
en donde los sueños tienden a elevarse,
me sobran ideas e imaginación,
caprichos y miedos, me sobra equipaje.

En cambio me falta un golpe de amor,
un toque de suerte, un rayo de luz,
me falta la onda que emite tu voz.
¿Dónde el equilibrio, si me faltas tú?

El ánima de lo inanimado

Se han llevado mi sillón, mis libros y mi chaqueta, mi sombrero de ala ancha y mi escopeta; también han escarbado en mis recuerdos: mis cartas malheridas que pasaron la guerra, mis gafas de miope y mis poemas. Ah, que más da, si ya no estoy presente, si allá donde he ido no necesito maleta -dirán- y se irán con todo ello sin saber que el sillón tiene mi forma, mis huellas la escopeta, detrás del cristal aún se refleja mi pupila y mi sombrero es salvaguarda de mi mente tan inquieta. Pero yo ya no estoy, polvo al polvo, a la tierra, tierra; aunque mis cosas, tal vez mis cosas sí me recuerden, a su manera.

Primavera

La madre Naturaleza tiene unos hijos muy traviesos, nunca andan quietos y cuando no los siente aún es peor, ya que alguna de las suyas se está cociendo. Lo mismo se entretienen en inflar nubes para luego explotarlas que en desmenuzar algodones y ponerlo todo perdido; otras veces prenden la mecha de algún volcán o taconean hasta hacer temblar la tierra.
-¿Qué habéis hecho ahora? -pregunta la madre, ya entrado el mes de mayo-
-Nada...nada..., sólo...- dicen entre risas- ...que se nos han volcado unos cántaros de flores sobre los campos.


jueves, 5 de marzo de 2015

Enigma

¿Qué hay detrás de las estrellas,
y bajo las olas del mar?
Si un alma abandona la tierra,
¿en qué se irá a reencarnar?
¿Qué hay detrás de una mirada?
¿Y dentro de un corazón?
¿Quién te quiso, que enamorada,
en mi hace continuo su amor?