lunes, 18 de mayo de 2015

Déjàvu

Había llegado el momento de su final, ya no era útil, su tiempo de actividad terminó y alguien tuvo la gentileza de darle una despedida digna conforme a su clase. No hubieron sonrisas ni lágrimas pero a ella le hubiera gustado un último viaje por la ciudad, volver una vez más a las calles que tanto la habían llevado de arriba para abajo, aunque ésta vez fuera sola.
La enterraron mal, le dejaron una mano o una oreja fuera, no sabría definir bien aquello que le sobresalía de la fosa común, demasiado llena por cierto, pero sea lo que fuere fue suficiente para que el viento la reviviera proféticamente con un levántate y anda. Le dio alas.
Levantó su ligero cuerpo y comenzó su tránsito por las calles del barrio. Un rosal, en la prisa de su carrera, le desgarró parte de su tejido, no le importó, continuó su sprint hasta darse de bruces contra la cara de un transeúnte que se la quitó de encima de malas maneras, mascullando palabras de asco. En su prisa cruzó entre el tráfico rodado de la avenida principal, semáforo en rojo, sorteando los coches hasta alcanzar la otra acera en donde perdió fuerza y cayó al suelo dando vueltas como una peonza; se arrastró como pudo unos metros y retornó de nuevo a su correteo. Patinaba sorteando elementos, la gente la sorteaba a ella, era fantástica aquella sensación.
Sabía que era libre del todo y que no iba a consentir que la usaran más, ni por supuesto volver a aquel departamento de las cosas sin vida. Pero toda acción necesita un stress vital y el viento cesó. Quedó entonces arrinconada, tirada.., unos ojos precisos la observaron, un uniforme con un arma letal para ella se acercó, presintió que su momento de gloria había acabado y así fue, el hombre arremetió contra ella con su escoba y la precipitó dentro del contenedor amarillo, ésta vez recién vaciado.
¿Puede una bolsa de plástico tener un déjà vu? tengo una que cuando la saco en los días de viento, dice haber volado. ¿Habrá cosa igual?

4 comentarios:

  1. Excelente relato de algo tan simple y a la vez tan natural como el personaje de tu historia. Hay maestría en el hacer... Y placer de poder observarla.

    He disfrutado con la lectura de tu imaginación plasmada en letras... ¡Se adivina tanto!

    Sigamos...

    Un abrazo, María José.

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    1. Se duplicó tu comentario, sin tender a la exageración triplico mi agradecimiento.

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  2. Excelente relato de algo tan simple y a la vez tan natural como el personaje de tu historia. Hay maestría en el hacer... Y placer de poder observarla.

    He disfrutado con la lectura de tu imaginación plasmada en letras... ¡Se adivina tanto!

    Sigamos...

    Un abrazo, María José.

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  3. Hola Ernesto, muchas gracias por tu amable y agradable comentario, ambas sensaciones me han llegado en tus palabras. Encantada con tu presencia en este espacio de las cosas cuya voz son los dedos escuchados por los ojos, sensibilidad mediante.
    Un abrazo.

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