sábado, 9 de mayo de 2015

La Isla

Tengo una isla en el corazón
es mi refugio de las tormentas,
de cuando el sol es abrasador,
de cuando tiembla toda la tierra.
En esa isla hay una cueva,
no tiene adornos,
ni fuego, porque es austera,
allí me encierro como un cachorro,
blindado el mar
blindado el cielo,
ni un rayo par
de sol adentro.
Dirás que es la isla de los cobardes
de quien no afronta la adversidad,
allí me enojo, grito en silencio
y cargo luego la realidad.
Porque hay momentos en que te cansas
de oír gruñidos,
de caras largas,
de la migraña
en el corazón,
de esa anestesia
que corre en vena,
de automatismos
en la razón.
¿Que el mundo es grande?
Vaya faena,
si hay muchas calles con dirección
también el mundo es la rotonda
donde la inercia tiene el control.

Tengo una isla con una cueva,
al menos tengo una solución
y cuando salgo salgo tan llena...
de más paciencia que el Santo Job!







5 comentarios:

  1. Jajajjajja, Vos y Job si que harían una buena pareja! Me alegra tengas una isla mi amiga dulce.
    No quiero verte como yo a veces enojada y rugiendo.
    Grita escondida si te alivia y te frena, aquí afuera hay poco que valga la pena tu enojo.
    No te quedés, eso no, escondida de de nosotros que tenemos antojo de tu ternura.
    Un abrazo Duendecito, uno de esos que te estrujen y sientas que te quiero.

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  2. Hola chiquirriquitina, sabes, a veces es mejor contestar a los rugidos con rugidos para que no hayan más rugidos, que callarte y tener que irte luego a la cueva de la isla, un sofá me voy a llevar allí un día de estos. Bueno corazón muchas gracias por ese abrazo estrujao que me ha sentado muy bien. Tu amiga que te quiere María José.

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  3. Hola María José.

    Pues una isla como la tuya es lo que vendría bien a tantos... Para comprender muchas de las cosas que describes... Dentro y fuera de la isla.

    Palabras con sentido se expresan en este espacio. Sentido y gusto. Clase y buen hacer.

    En ocasiones da uno con islas como estas. Donde apetece quedarse a observar...

    Un abrazo.

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  4. Hola María José.

    Pues una isla como la tuya es lo que vendría bien a tantos... Para comprender muchas de las cosas que describes... Dentro y fuera de la isla.

    Palabras con sentido se expresan en este espacio. Sentido y gusto. Clase y buen hacer.

    En ocasiones da uno con islas como estas. Donde apetece quedarse a observar...

    Un abrazo.

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  5. Bueno, la cueva de la isla no te la recomiendo mucho, por experiencia, el equipaje que te llevas son dragones resoplando de lo fritos que están, carros a punto de echarlos por el pedregal y que salga el sol por donde salga...,pero hay silencio y todo lo calma, asomas la cabeza y el sol te dice, ey, ya estás saliendo de ahí que por peores has pasado y pacientemente te vuelves a incorporar a la navegación de la vida.
    Gracias Ernesto, encantada con tu visita.
    Un abrazo.

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