domingo, 7 de junio de 2015

El Abuelo

La noche de antes de anoche
 vino el abuelo a hacer magia,
no lleva chistera,
 él lleva un sombrero de paja
y al quitarse el sombrero
 y al sentarse en la cama,
hizo magia el abuelo sin varita encantada.

Contó un cuento inventado,
 no conoce las letras,
desde bien pequeñito trabaja la tierra,
gobernaba la casa con su risa infantil,
madrugaba a la clara
 desde mayo hasta abril.

El abuelo tenía muchos sueños pequeños,
es mejor que uno grande,
 si se pierde hay repuesto.
Eso dice el abuelo
 con su risa importante.

Cuenta que, tras la parra, se escondía un león
y las uvas, sus barbas
 descansaban al sol.
Que la tierra es coqueta y la peina un señor
y ella dando las gracias,
 le regala una flor.

También dice el abuelo que los días de sol
 es que cielo está abierto
 y al no haber guardador
 las ovejas se escapan ¡sabe Dios, sabe Dios
a qué pasto se han ido a buscar el frescor!

El abuelo bosteza sentadito en la cama,
tiene sueño el abuelo,
 le doy besos de hada.

Tantas cosas ha visto,
 tantas cosas contó,
¡tanta magia sin libro el abuelo inventó!...

 Ahora llega ese tren, del final de sus cuentos,
que traía pasteles
 y también caramelos
para todos los niños que a escucharlos llegaban
y marcharan felices, 
sonriendo a sus casas.

Ahora es él quien descansa en un sueño feliz,
con sombrero de magia,
 desde mayo hasta abril.


En memoria de mi bisabuelo, Miguel, del que conservo su recuerdo por fotografías y las cosas que de él me han contado; que sin tener uso de la escritura inventaba unos cuentos fabulosos siempre acabados con un tren llenos de pasteles, el final más feliz en tiempos de hambre.
Me hubiera gustado escucharlo en alguno de ellos...hoy el mío es para él.






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