miércoles, 9 de septiembre de 2015

Tarde de trigo (Romance)

Sobre el trigo de aquella era
dejé descansar mi tarde,
que luz tan párvula y lenta
iluminaba el paisaje,
que olor a tierra dorada
llena de espiga y encaje.

La línea del horizonte
era una espalda tumbada
dando permiso a las nubes,
todo vellones de lana,
-a cambio de una caricia-
para que allí descansaran.

Una encina vigilante
como una vieja sentada
que teje y teje incansable
al mismo tiempo que canta,
se me cruzó ante la vista,
añosa, verde y doblada.

Quiera que las avecillas,
como en patio de colegio
con su murmullo ilegible
de atropellado concierto,
vinieran a despertarla
con su alocado revuelo.

Pareció entonces la encina
de su raíz levantada
abriendo al par las cortinas
de sus ramitas cerradas,
y aquellos cuerpos alados
a sus camitas entraban.

Ya la tarde se hizo noche
con su camisón de estrellas,
y abandoné aquellos campos
donde si vida es la tierra
es cielo fuente y amparo.






2 comentarios:

  1. Ya no se escribe así, y es una pena; la ingenuidad que transmiten estos versos es deliciosa, y esa musicalidad que traen consigo lo es también.
    Besos

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  2. Que comentario más bonito J.Carlos, eres muy amable, te lo agradezco mucho.
    Besos.

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