lunes, 5 de octubre de 2015

Lavanderas

Sobre el espejo del río
la vi peinarse,
se colocaba el cabello
doblando el talle;
las otras cantaban
como un enjambre
de abejas dulces que juegan
en los panales.
Fue cayendo la tarde
con un lenguaje
de planetas que llegan
para quedarse.
-Vámonos niñas
que ya es muy tarde,
  el campo pide silencio
  la noche se abre
y ha de bajarse la Luna
para bañarse-
Recogieron las ropas,
los delantales,
el jabón perfumado
y los pañales.
Se van las mujeres de orilla el río,
fémino estambre,
 en amor y labor siempre
  triunfante.

4 comentarios:

  1. Ratifico lo dicho en un comentario anterior, es delicioso leer este tipo de versos. En el mundo de lo evidente, este poema te hace soñar y recordar cuando todo era más fácil y auténtico.
    Besos

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  2. Muy amable Juan Carlos o José Carlos (no estoy segura) me agrada saber que la lectura de este poema te ha resultado agradable, valga la redundancia. Muchas gracias.
    Besos.

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  3. He tenido algo de tiempo y me he pasado a verte y,como siempre, me he quedado contigo un rato.Me encanta la forma ágil,amena,sencilla,limpia y sutil con la que nos recuerdas unas épocas duras y difíciles.Para algunas de aquellas mujeres,por lo que yo recuerdo haber observado,esos momentos solían estar plagados de risas,comentarios,conversación...
    ¡Precioso! Un abrazo.

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    1. Hola Mari Carmen, me imagino que ya estas en marcha con el nuevo curso, que no es poco, te deseo mucho ánimo y paciencia que con los chavalines seguro que siempre es necesario, admiro tu labor. Agradezco el tiempo que me has dedicado con tu visita y además me alegra saber que te ha gustado éste decir de tiempos que no hemos vivido personalmente pero que muestran el saber hacer de las mujeres que, sin comodidades como las que ahora tenemos, no se han achicado en llevar a cabo con su esfuerzo los trabajos del día a día.
      Muchas gracias. Fuerte abrazo.

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