lunes, 31 de agosto de 2015

Flotando como un velero (Camarón en la Leyenda del tiempo)


El sueño va sobre el tiempo
Flotando como un velero
Nadie puede abrir semillas
En el corazón del sueño

El tiempo va sobre el sueño
Hundido hasta los cabellos
Ayer y mañana comen
Oscuras flores de duelo

El sueño va sobre el tiempo
Flotando como un velero
Nadie puede abrir semillas
En el corazón del sueño

Sobre la misma columna
Abrazados sueño y tiempo
Cruza el gemido del niño
La lengua rota del viejo

El sueño va sobre el tiempo
Flotando como un velero
Nadie puede abrir semillas
En el corazón del sueño

Y si el sueño finge muros
En la llanura del tiempo
El tiempo le hace creer
Que nace en aquel momento

El sueño va sobre el tiempo
Flotando como un velero
Nadie puede abrir semillas
En el corazón del sueño


El sueño va sobre el tiempo
Flotando como un velero
Nadie puede abrir semillas
En el corazón del sueño

sábado, 22 de agosto de 2015

El corazón de las rosas

Por un camino de alegría iba cantando,
musitando, para él, Don Juan Armando.
Camino de esperanza, fuego al aire,
chispazos de amor nuevo en su donaire.
Así, con paso adelantado en su victoria
alcanzaría en ojos de ella hermosa gloria.
De tez sonrosada había un alba en sus mejillas
y un sol recién nacido despertaba en sus pupilas.
Así la vio de lejos Juan Armando, era bella,
si pudiera compararla, era poco, una princesa;
cabellos desprendidos como manto en sus espaldas,
belleza natural desde la piel hasta la falda.
Y aquel buen caballero con su ramo se acercó
a ofrecerle veinte rosas, puesto en ellas corazón.
Mas la niña de sus ojos no sentía aquel ardor,
ni veía en tal mirada viceverso resplandor.
Él sintió un frío de hielo y la mano le tembló
cayendo el ramo al suelo....y una rosa así le habló
al ver que el desencuentro le partía el corazón,
-pues ellas si sentían de su mano aquel calor-
Antes fuimos, por tu mano, rosas mil, enternecidas,
ahora somos, por tu mano, rosas mil, arrepentidas.
Y marchó, Don Juan Armando, con menos pena en la frente
por diecinueve rosas de amor, y una, sólo, de muerte.



jueves, 20 de agosto de 2015

A la sombra de un poema

A la sombra de un poema
una tarde me acosté,
me venció un sueño de acentos
y palabras en tropel.
Ocho versos, cuatro estrofas,
yo no sé lo que soñé
que en voz alta susurraba
el poema, sin saber.
Él hablaba del amor
que hay entre el hombre y la mujer,
de esa fuerza poderosa
que en el alma puede haber,
de ese fuego que no quema
pero que hace arder la piel,
del milagro que hace un beso
si los labios tienen sed.
A la sombra de un poema
una tarde desperté,
sin un beso, ni un abrazo,
ni un te quiero y te querré.
Cerré el libro de los versos,
 a la hoguera lo tiré,
pero el libro hizo ceniza
y en el aire lo aspiré.
Ahora llevo, así, mi alma,
impregnada de ese ser,
de ese hombre que me quiera
como yo lo querré a él.



lunes, 10 de agosto de 2015

Tu espalda

Poema de Ramón de Almagro dedicado a su esposa Doña Elsa.

Tu espalda es mi descanso, mi sosiego,
es la calma después de haber amado,
tu espalda es un refugio donde llego
a lamer mis heridas angustiado.

Tu espalda es taller de mi poesía
en las noches que paso desvelado,
tu espalda tiene el fin de cada día,
es el sueño y un beso ya cansado.

Y si todo se me hace cuesta arriba,
si la vida se ensaña con mi vida,
más que nunca, tu espalda es necesaria.

Pues si es dura la mano del destino,
tu espalda es el altar donde me inclino
para llegar a Dios...con mi plegaria.


viernes, 7 de agosto de 2015

Cuando manda el corazón

Mi corazón, quisiera, tener guerrero,
un alma incandescente, sin compañero,
vestir una armadura de frío acero,
la frente decidida y el pulso fiero.
 
Volar sobre las cumbres de mi tristeza,
mirarlas desde lejos, con entereza,
y que mis lágrimas fluyeran con la dureza
de aquél que no sintió jamás terneza.
 
Y quisiera olvidarte, quererte menos,
pero en cada intento suicida de echarte fuera,
más se aferra mi vida a ésta alambrada,
de miel y espinas, de amor y llagas.