miércoles, 9 de marzo de 2016

La plaga

Hacer uso de la individualidad cuando se habla de grandes grupos es prácticamente un arte.
El conjunto hace la fuerza y para ello ejemplos habrán por cientos: las manifestaciones que ejercen presión sobre un comportamiento instalado, quejas y peticiones amalgamadas en una sola voz, claro que es necesaria la unión del conjunto pero, al mismo tiempo, los conjuntos son peligrosos en cuanto se pierde el sentido de la conciencia individual.
Recuerdo que hace muchos, muchos años, había un lugar muy bonito al que prácticamente la mayoría de los habitantes del pueblo iban a pasar los días de Pascua. Era el antiguo cauce de un río que ahora está seco y alrededor de él seguía viva toda la arboleda de un ayer, quizás aún quedasen bajo tierra lenguas de agua. Pues bien, era la costumbre visitarlo unos días al año pero cuando la gente se iba todo quedaba sucio, lleno de plásticos, latas, papeles, la basura orgánica era lo que menos perjudicaba puesto que la fauna que allí habitaba en cierta manera se encargaba de hacerla desaparecer.
Entonces las autoridades municipales decidieron cerrar aquel espacio que en tan sólo dos días sufría una terrible transformación.
Había que proteger el medio ambiente puesto que uno a uno quizás no le hagamos daño pero en estos casos el conjunto es demoledor.
Aunque merezca un aplauso aquella decisión no es para tanto ya que años más tarde aquellos terrenos por lo visto dejaron de importar, o por lo menos,, menos que el dinero y hoy en día, excepto en el mismo cauce seco del río (porque allí no se puede que si no...) no hay más que construcciones de bungalows alrededor.
Lo que vengo a decir es que donde acudimos en masa somos destructivos, como una plaga, lo mismo da que sea al supermercado de las rebajas que a una playa y añado que menos mal que a la Luna no se puede ir en coche porque si no, nos dura dos días el pobre satélite.
Que no hayan reglas o prohibiciones no es símbolo de libertad, porque es entonces cuando más necesaria es la conciencia reglada y arreglada.



Playa de Las Catedrales, en Lugo (Galicia) otro ejemplo de que si no hubiesen restricciones en las visitas acabarían con ella.
Aquella parte de la naturaleza que está sin descubrir, que no conocemos, es la única, tal vez, que perdure en el tiempo y no me considero pesimista por pensar así, si ignorando conservamos, que vivan muchas ignorancias.

Resultado de imagen de playa de las catedrales


4 comentarios:

  1. No hay ya ninguna duda de que en efecto los humanos somos una plaga para el medio ambiente y,como bien apuntas,lo somos más en grupo que en solitario tal vez por aquello de que hacemos lo que vemos hacer sin pararnos a pensar en nuestra responsabilidad individual.Pero en nuestro proceder llevamos el castigo,la Naturaleza se defiende y tarde o temprano sentiremos de alguna forma nuestro proceder,como en el caso de la prohibición de visitar ese lugar tan bello que nombras.Es lo que nos merecemos hasta seamos conscientes del enorme valor del medio ambiente.Ojalá sea pronto.

    Abrazos Mª José.

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    1. Creo que es justamente lo que dices, Jero; hacer lo que hacen, por eso es importante pararnos a pensar antes de hacer o dejar de hacer que tanto lo uno como lo otro cuenta.
      Gracias amigo por tu tiempo de lectura y comentario.
      Fuerte abrazo.

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  2. Cuando empecé a leer creí que hablabas del Foro jajajjajaj Y es que somos una plaga, todo lo destruímos Duendecito. No sabemos cuidarnos ni a nosotros mismos a veces y rompemos muchas veces sin pensar en mañana. Mañana sigo vivo y espero algo bueno y como recibirlo si poco a poco nos volvemos todos iguales? De cualquier forma tengo fe, en la humanidad, en que algo bueno saldrá de nosotros linda. Un abrazote enorme y gracias por ese lugar privilegiado que me hiciste conocer y en el que nunca voy a tomar mate jajjajaj

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    1. Claro que salen muchas cosas buenas de nosotros, de la humanidad en su conjunto, por supuesto que sí, pero no está de más señalar parte de las cosas en que fallamos que la mayoría de ellas si quisiéramos son fáciles de corregir pero hay que empezar por uno mismo.
      No puedo decir que no, -aunque sea por cercanía, entre comillas- pero creo que tampoco me tomaré una botella de agua en ese privilegiado lugar.
      Besos y gracias Lyli.

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