miércoles, 20 de junio de 2018

De melones -Capítulo V- de María José

-Vaya día más movido- dice Julia al entrar en el apartamento, lanzar el bolso sobre la silla más cercana y dejarse caer en el sofá. 
-¿Crees que de haberlo pedido nos hubieran dado anestesia para llevar "Quiquín"?
-Seguramente no, pero la anestesia te la voy a dar yo, ven aquí nenúfar mía que te voy a hacer la respiración asistida.
Fundido en negro.
Cae la noche, Julia se despierta y no encuentra a Enrique a su lado, extrañada lo busca por todo el apartamento pero no está en ninguna parte.
Sale al balcón que da a la playa y se asoma por si se le ha ocurrido bajar a dar un paseo. Entre una polvareda de arena ve algo dando saltos,vueltas y revolcones, agarra los prismáticos y ¿qué es lo que ve? a Enrique intentando aprender capoeira.
Así que ni corta ni perezosa se pone una minifalda de volantes, el top del bikini, busca en youtube una buena samba, conecta sus auriculares al dispositivo móvil y comienza a ejercitar las caderas bailando sobre las puntas de los pies.
Veremos quién de los dos llega al martes más preparado...ye ye ye Magalenha...
Al día siguiente vuelven a la playa, casi el mismo ritual que al principio, excepto que la voz que se escucha vendiendo algo, a lo lejos, es, melocotones, traigo melocotones de secano, los mejores, dulces como la miel.
Ambos se miran y un pensamiento en común que no dicen pero se sobreentiende queda dando vueltas por sus mentes: aún no hemos terminado con los melones como para meternos en melocotones ¡ni se te ocurra!

Se escucha el ruido de un motor, una avioneta surca el cielo con un cartel en la cola que indica:
"Los Coco Locos" martes 22:00 Ps de la playa y Pub Cocktel Melón.
Y una voz a través de supermegafonía dice:
¡Holis Quiquíín, Juliaa! Yujuuuu aquí arriba ehhh aquí aquí!! ¡Os espero!
-Qué ojo tiene la tía, nos ha visto- y Enrique la saluda agitando la gorra con la mano.

No hay comentarios:

Publicar un comentario