martes, 10 de julio de 2018

De Melones -Capítulo XV- de Maria José

Media hora llevan en la playa esperando a la novia el novio, Don Remigio, que a punto está de que le de una lipotimia vestido hasta los pies con la sotana negra y menos mal que le han ofrecido una banqueta y Enrique lo abanica, los invitados al evento que son escasos pero ruidosos y los de la ambulancia que en vez de estar al tanto de la comitiva nupcial están a los bikinis. Y Julia sin aparecer. Algo ocurre.
A lo lejos por fin se le ve venir.
Va vestida de paisana, qué extraño -piensa Enrique-
Desde unos metros la escucha:
-Ven- y le hace un gesto con la mano para que se acerque.
Enrique desde donde está levanta un poco su muñeca y le señala con un dedo el reloj dándole golpecitos.
-Que vengas- dice Julia dando una patada en la arena.
Enrique arranca el paso.
-Mira Enrique, que no me caso. 
¿...?
-Que no, y te lo digo directamente. Eres muy tacaño ¿no te lo notas? Primero me vienes con un aro de cebolla de anillo de compromiso, encima me vuelves a llamar pato aparato con la de botellas de coca cola que te habré abierto con los piños y que tan bien te venía, y para postre me entero que la alianza la has comprado en el Burriking, eso ha sido la puntilla. ¿qué será lo siguiente? ¿Irnos a Venecia en monopatín? Ah, y si tenía los dientes largos es porque mi madre me daba mucho puré de zanahoria por aquello de que es bueno para la vista y yo era estudiante, de sobra sabes que fue un efecto secundario y que cuando aprobé las oposiciones volvieron a su estado normal.
Eres muy tacaño Enrique, más agarrado que un chotis y eso que aún estamos solteros...así que si es así ahora, cuando llevemos 5 años casados... 
Julia se da la vuelta muy altanera y recorre el camino inverso.
El sacerdote, al ver la escena desde lo lejos se acerca lo más rápido que puede levantándose la sotana con la punta de los dedos para no pisarla.
-¿Qué ocurre hijo mío?-
-Ocurre...que dice que no se casa.
-¿Cómo que no se casa? ¿Qué ha pasado? ¿No tiene vestido? ¿Hay algún inconveniente?
-No es eso Don Remigio, dice que soy un roñoso.
¡¿Y lo eres?!
Y vuelve a por el acetre e hisopo para bendecirlo y espantarle toda roñosería.
Los invitados empiezan a inquietarse, un murmullo generalizado va subiendo de tono mientras Julia, por otro lado, va camino del apartamento cabizbaja.
Enrique sale en pos de ella y la localiza por fin.
-¡Julia! ¡venga muchacha, no te pongas así, tonta!
Julia vuelve la cabeza pero no hace caso y continúa caminando.
De repente escucha un sonido de cristales rotos, se detiene en seco y se gira.
Ve a Enrique con una piedra en la mano que acaba de romper el cristal de un coche, acude de inmediato a su lado y ve como está sacando del coche a un perro que estaba a punto de morir asfixiado allí dentro. Lo coloca en la sombra, le moja el cuerpo con agua fresca que otra persona le ofrece y le da de beber.
Julia lo mira con los ojos llenos de lágrimas y se abraza a Enrique con todas sus fuerzas.
Ya recuerdo por qué te quiero.
¡Hay boda!

💏

No hay comentarios:

Publicar un comentario