miércoles, 14 de agosto de 2013

Cosas de la Alhambra.

¿De qué os vestís, mi Señora,
que flores lleváis en el pelo,
en vuestra tez mil alondras
y en el alma un pañuelo
bordado de filigrana
con hilos de oro bermejo?.
Adornos de plata labrada
son vuestros ojos morenos
con forma de luna menguada
que rasgan el fondo del cielo.
Vuestra garganta tiene aves
que al llegar la madrugada,
despliegan sus trinos en suaves
bostezos de risas perladas.
Y por manos, ¡qué no, si agua!
que aplaude constantemente
-como el fuego en la fragua-
¡vuestros dedos en la fuente!
Temple, grandeza, misterio,
leyenda que vive enclaustrada
en un oriental asceterio.
Tenía que ser en Granada,
¡Alhambra!, vuestro cautiverio.
 
 
 
 
 


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