Si algún día me marcho en pos de otras tormentas,
si mis ojos marrones no han de volverte a ver,
si estas manos que escriben se vuelven torpes, lentas,
y mis sueños, despiertos, ya no saben qué hacer...
No dejes que la duda te envuelva protectora
diciendo que es mentira lo mucho que te amé,
sabes que el sentimiento no tiene fecha y hora,
y aunque no esté presente, amándote me iré.