sábado, 11 de julio de 2020

Sin imposiciones

A mi no me digas quién tengo que ser,
déjame reír de lo que yo quiera
déjame que llore con lo que me arruga,
deja que perdone y que me resienta.

Y que me equivoque y empiece de nuevo.

No me guardes turno, porque igual no vengo,
no me planifiques, no estoy en el grupo,
no me guardes mesa, donde sea me siento,
pero no te olvido, llámame y me apuro.

A veces parece que soy solitaria
que vivo excluida en mi terco encierro,
pero soy de amar, sin gritos, callada,
amo con el alma más que con el cuerpo.

Pero si en los brazos me ponen dos alas
y sé que en el nido ya está todo hecho
entonces, mi vuelo, arranca glorioso,
copado de juicio, sin límite y freno.



Equilibrista

Me sobran afectos con la soledad,
me sobran lugares para recordarte,
me sobran las calles de la gran ciudad
e intentos fallidos de huir a buscarte.

Me sobran estrellas en la habitación
en la que los sueños son solo un rodaje,
me sobran caprichos, imaginación,
ideas y miedos, me sobra equipaje.

En cambio, me falta, un golpe de amor,
la chispa que incendia mi mar de grisú.
Me falta el tiraje de un beso tensor.
Cómo el equilibrio, si me faltas tú.



Destemplanza

Hoy me hacía falta algo de cariño.
Todas las farmacias estaban cerradas,
ni una sola de guardia,
así que me fui derechita a urgencias.

Póngame algodón, póngame una venda,
le dije al doctor.
¿Qué es lo que te pasa?, preguntó el galeno,
¿dónde está la herida que yo no la veo?

Tómeme usted el pulso y ahí en mis latidos
verá que no miento: me falta cariño.

Póngame una venda, póngame algodón
o una lamparita que me dé calor.