sábado, 11 de julio de 2020

Sin imposiciones

A mi no me digas quién tengo que ser,
déjame reír de lo que yo quiera
déjame que llore con lo que me arruga,
deja que perdone y que me resienta.

Y que me equivoque y empiece de nuevo.

No me guardes turno, porque igual no vengo,
no me planifiques, no estoy en el grupo,
no me guardes mesa, donde sea me siento,
pero no te olvido, llámame y me apuro.

A veces parece que soy solitaria
que vivo excluida en mi terco encierro,
pero soy de amar, sin gritos, callada,
amo con el alma más que con el cuerpo.

Pero si en los brazos me ponen dos alas
y sé que en el nido ya está todo hecho
entonces, mi vuelo, arranca glorioso,
copado de juicio, sin límite y freno.



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