viernes, 4 de septiembre de 2020

Interiores

La vida no es una jaula
 pero nos enjaulan sin que nos demos cuenta.
Te crees libre
 hasta que te ponen una anilla en la pata
 y entonces, un símbolo o un papel
 te hacen ser de alguien.
 Volarás y volverás, 
si no te condicionas demasiado.

 Las aves no gritan por no asustar al nido.

 Puede ser que dentro de la jaula haya un columpio
 también que haya un espejo y con suerte un cascabel,
 que cantes cada día un canto de esperanza
 y des saltitos cortos creyendo que es volar.

 La impotencia de las aves nadie la reconoce.
 Se automedican.

 Algunas cantan por no ir al psiquiatra.

2 comentarios:

  1. Tratemos de cantar y dejar fluir...estos tiempos de desazón e incertidumbre nos desmoronan.. Beso

    ResponderEliminar
  2. Hola Hanna, tienes toda la razón así que como reza el dicho, a mal tiempo buena cara. Un beso y muchas gracias por tu compañía.

    ResponderEliminar