domingo, 14 de junio de 2015

Sin vuelos

Anidó en mi pecho una paloma
sin saber que allí podía volar.
Estiró sus alas blancas, plumas romas,
impulsó al aire su vuelo, sin lugar:
las paredes tan estrechas de ese espacio
en el que la vida toma asiento hasta el final,
no le dan permiso de agitarlas aún despacio.

Vuela palomita a otro lugar....

Que mis brazos nunca nunca serán alas,
que mi pecho nunca un palomar,
pero, déjame volar contigo en esas horas
¡quiero ser paloma y en tu pecho yo anidar!






viernes, 12 de junio de 2015

Pelea gramatical

Eres demasiado aguda en tu verbo y ya me tienes hasta la coma.
-Eso que estás diciendo es un antónimo, pero es natural en ti...., eres tan llana...
¿Llana yo? Anda, cállate, esdrújula.
-Y tú sobreesdrújula, aunque se entiende que viniendo de ti es propio después de haber tenido un pasado imperfecto.
-Tu futuro si que es imperfecto, dados tus complementos circunstanciales...
Eres tildosa a más no poder.
-Habló la pluscuamperfecta.
Sí, y a más decir imperativa, ¿pasa algo?
-Pasa que eres una onomatopeya, una coma de más, pero sepas que para mí, desde éste momento, no eres más que puntos suspensivos.
Qué malos adverbios tienes, ¡sujeto pasivo!, ¡sintagma copulativo!
-Bueno...habló el sintagma subordinado, quien nunca ha salido de entre paréntesis...
Prefiero estar entre paréntesis que entre comillas.

El tono de voz se va elevando tanto que se sale del despacho, con lo cual, alguien o algo se acerca.
Un golpe de diccionario abre la puerta. Comienza a entrar un regimiento de lápices con las puntas lanceadas, bolígrafos con cascos azules, verdes, rojos y negros, sacapuntas que cabalgan sobre gomas de borrar y, cerrando la retaguardia, una grapadora que manda romper filas y atacar. Pero el diccionario da el alto, letras y materiales quedan en silencio, la fotocopiadora se estremece y lanza un flash,...qué ocurrirá...
El compás se levanta, les recuerda que están en un despacho de arquitectura, pincha un folio en blanco y lo levanta en son de paz. Deja entender, en un giro de 360º, que aquí no ha pasado nada.
El diccionario, siempre tan instruido, avisa que la próxima vez que se escuche un levantamiento verbal de esa índole volverá, pero con armamento pesado, y pulsará el botón rojo de la destructora de documentos.
Se firma entonces un tratado de paz entre signos de admiración, y todo queda en concordancia.

domingo, 7 de junio de 2015

El Abuelo

La noche de antes de anoche
 vino el abuelo a hacer magia,
no lleva chistera,
 él lleva un sombrero de paja
y al quitarse el sombrero
 y al sentarse en la cama,
hizo magia el abuelo sin varita encantada.

Contó un cuento inventado,
 no conoce las letras,
desde bien pequeñito trabaja la tierra,
gobernaba la casa con su risa infantil,
madrugaba a la clara
 desde mayo hasta abril.

El abuelo tenía muchos sueños pequeños,
es mejor que uno grande,
 si se pierde hay repuesto.
Eso dice el abuelo
 con su risa importante.

Cuenta que, tras la parra, se escondía un león
y las uvas, sus barbas
 descansaban al sol.
Que la tierra es coqueta y la peina un señor
y ella dando las gracias,
 le regala una flor.

También dice el abuelo que los días de sol
 es que cielo está abierto
 y al no haber guardador
 las ovejas se escapan ¡sabe Dios, sabe Dios
a qué pasto se han ido a buscar el frescor!

El abuelo bosteza sentadito en la cama,
tiene sueño el abuelo,
 le doy besos de hada.

Tantas cosas ha visto,
 tantas cosas contó,
¡tanta magia sin libro el abuelo inventó!...

 Ahora llega ese tren, del final de sus cuentos,
que traía pasteles
 y también caramelos
para todos los niños que a escucharlos llegaban
y marcharan felices, 
sonriendo a sus casas.

Ahora es él quien descansa en un sueño feliz,
con sombrero de magia,
 desde mayo hasta abril.


En memoria de mi bisabuelo, Miguel, del que conservo su recuerdo por fotografías y las cosas que de él me han contado; que sin tener uso de la escritura inventaba unos cuentos fabulosos siempre acabados con un tren llenos de pasteles, el final más feliz en tiempos de hambre.
Me hubiera gustado escucharlo en alguno de ellos...hoy el mío es para él.






José Cadalso, Cartas marruecas



Carta LIII
De Gazel a Ben-Beley

Ayer estábamos Nuño y yo al balcón de mi posada viendo a un niño jugar con una caña adornada de cintas y papel dorado.
-¡Feliz edad -exclamé yo-, en que aún no conoce el corazón las penas verdaderas y falsos gustos de la vida! ¿Qué le importan a este niño los grandes negocios del mundo? ¿Qué daño le pueden ocasionar los malvados? ¿Qué impresión pueden hacer las mudanzas de la suerte próspera u adversa en su tierno corazón? Los caprichos de la fortuna le son indiferentes. ¡Dichoso el hombre si fuera siempre niño!
-Te equivocas -me dijo Nuño-. Si se le rompe esa caña con que juega; si otro compañero se la quita; si su madre le regaña porque se divierte con ella, le verás tan afligido como un general con la pérdida de la batalla, o un ministro en su caída. Créeme, Gazel, la miseria humana se proporciona a la edad de los hombres, va mudando de especie conforme el cuerpo va pasando por edades, pero el hombre es mísero desde la cuna al sepulcro.

viernes, 5 de junio de 2015

Reciprocidad

Cada día, cuidaba de sus plantas con tanto mimo como si de sus hijos se tratara, así, las mantenía vivas.
Cada cierto tiempo, una flor se abría para ella, así, la mantenían viva.

miércoles, 3 de junio de 2015

Que el amor no muera joven

Se va gastando la vida de tanto usarla,
la paciencia, con el tiempo, tiene prisa,
se van acortando los sueños y las dudas se hacen claras.
Sólo el tiempo difumina o elimina muchas sombras.
El sol triunfa en su cénit y alza en el cielo su antorcha
y todo, hay que creer, que en su lugar se coloca.
Pero hay algo que da vueltas y en soledad no descansa,
no logra pausarlo el tiempo, ni la costumbre lo ahoga,
porque da vueltas y vueltas, porque a los ojos se asoma,
porque el amor no entregado es lo que al cuerpo le sobra.
Y en la ventana del tiempo sigue esperando el encuentro
de la mitad que le falta para el círculo completo.
El amor es siempre niño, aviador que espera el vuelo.
¡No quiero que sea la muerte quién lo levante del suelo!