sábado, 6 de octubre de 2018

A mi abuela, siempre ella.

Volvería a ti una y mil veces
a tu cintura de madre-abuela
a tus manos tan sensibles en la entrega
como fuertes cuando el tiempo lo reclama.
Tu perfume balancea mis recuerdos,
 te aspiro en cada día
y en cada nuevo movimiento.
El espacio está carente de ti,
la casa lo nota, tus flores lo notan
lo advierte la ropa que envuelve tu cama
y el espejo que admira tu planta.
Cuántas palabras buscadas
para el auto-consuelo
pero lo cierto es que la vida
no tiene en cuenta lo que quiero.
Seguir adelante, esa es tu ley
y el triunfo que de ti heredo.

2 comentarios:

  1. ¡Qué bonita y sentida,MªJosé! Las enseñanzas y el amor incondicional que mientras recordamos vamos transmitiendo es el mejor consuelo ante la pérdida física.
    Un abrazo muy grande!!!!

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  2. Hola Mari Carmen, mi querida profe canaria, muchas gracias por tus palabras. Cuánto se quieren a las abuelas, son doblemente madres y heredar en la memoria su amor y su fuerza ante toda una vida es otra manera de llevarlas siempre en el corazón. Un abrazo apretado, bonita.

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