A los dos, una noche,
nos besó la misma estrella;
lejos yo de tu camino
lejos tú de mi vereda
pero a los dos, yo te juro,
nos acarició una Dea.
Ni tú ni yo cuenta nos dimos
en ese preciso momento,
pero era ya lo sabía,
sabía que nuestro encuentro
tarde o temprano sería.
Después el mar nos habló
con su lenguaje secreto,
lo comprendimos los dos
se lo contamos al viento
y el viento nos ayudó
acercándonos los alientos.
El campo se estremeció,
florecieron los almendros,
bajaron llenos los ríos,
se enamoraron los ciervos,
bailaron las mariposas
y las flores, en corrillos;
todo se sorprendió
ante dos desconocidos
a los que una estrella besó
sin habérselo pedido.
La estrella, feliz nos mira,
porque nos hemos hallado,
en su centro te lleva a ti
y a mí me lleva a tu lado.
Puede que cada uno tengamos por ahí una estrella compartida, aunque sólo los afortunados llegan a saberlo.
ResponderEliminarTu poema es una bella historia de amor.
Que tengas un bello domingo Mª José.
La estrella cómplice de un bello amor,, y tus letras preciosas . Besos
ResponderEliminarMuchas gracias Jero, Hanna, por vuestra compañía que me alegra mucho. Veis?, dos estrellitas generosas. Besos!
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