Danza la lluvia fría
con sonidos de tambor
mientras la tierra palmea
aleluyando a algún dios.
Baile de hojas verdosas,
movimientos sin calor
mas, los campos siempre sudan,
sudan tallo, fruto y flor.
El cielo y su maquinaria
se encuentra en descompresión,
las nubes se derraman,
el viento licua vapor
y un trenecillo de aves,
valientes, cruzándolo.
De la nada un rayo cambia
sus vías de dirección
.
Hay luces de larga onda
que parpadean sin voz,
van de la luz a la sombra
de la oscuridad al fulgor.
Y la sierra, penitente,
tan de rodillas al sol
y a los vientos y a las nieves
ni se estremece ni siente;
tiene enrocado, la pobre,
todo su corazón.
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