el que se llevó mis años
y mi juventud de lirio.
No di el tiempo por perdido.
Como no lo dan las aguas
corriente abajo en el río
cuando llegan al mar
perdiendo dulzor y brío.
No di el tiempo por perdido.
Pero un reproche le guardo,
sin fuerzas para un desafío,
porque no ha hecho que antes
yo te hubiera conocido.
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