Con el tiempo comenzaron a surgir otras diferencias y no es que aparecieran por arte de magia, estaban ahí desde el primer momento pero no las advirtieron lógicamente porque su atención estaba centrada en otros detalles visuales y que complementaban al otro precisamente porque el otro carecía de ellos.
Pero llegó el momento de la convivencia, el león era mucho más sociable que la tigresa, derivaba en la hembra la tarea de la caza mientras él se enfocada en la protección de la manada y su vigilancia. La tigresa no entendía porqué cuando no encontraba presas para comer no se zambullía en el agua en busca de peces como tantas veces ella había hecho, por qué en el clan de los leones no respetaban el descanso de las hembras embarazadas. Eran diferencias sustanciales pero al mismo tiempo eran diferencias naturales.
Así que llegó el momento en que los dos comprendieron que para estar unidos como pareja no era suficiente la atracción, sino que era necesario que hubiera algo más profundo para que, incluso por encima de sus diferencias ,les recordara por qué habían querido quererse.

Pure Love.