En los años más tiernos de mi infancia querida
me encantaba calzarme con tacones y cuñas,
escarbaba en cajones, me probaba perfumes
y le daba papillas a muñecos sin nombre.
Arrullaba a los gatos que en el patio dormían,
recogí a más de un perro que ambulaba perdido
y sujeto a mi flanco lo llevaba hacia casa
o al taller de mi padre que ofrecía su amparo.
Todavía me encuentra esa niña remota
que esbozaba sonrisas de brillantes colores
y al mirarme a la cara le prometo en silencio,
con tus ojos quisiera ver de nuevo la vida.
Que sentidos recuerdos , a veces uno quisiera volver a ese tiempo . Beso
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