Tu nombre tiene algo
que me ilumina,
con sólo pronunciarlo
mi cara brilla.
Vocales, consonantes,
¡qué golondrinas
alegran mi garganta
y la acarician!.
Tu nombre sabe a mar,
sabe a colina,
donde la luz del sol
se multiplica.
Tu nombre sabe a miel,
huele a vainilla,
¡jamás lo olvidaré,
cien años viva!.
Y qué importancia adquiere el nombre del amado/a cuando nos enamoramos!!
ResponderEliminarMe gustaron esas golondrinas con forma de vocales y consonantes...
Un abrazo, María José.
Hola Joaquin, verdad que la persona es lo que hace hermoso al nombre?
ResponderEliminarMe alegra tu compañía. ¡Gracias!
Un abrazo querido amigo.