Me acosté soplando una estrella,
dejando la luna encendida
que su media luz, su candela,
vigile tu noche dormida.
Me acosté mandándote un beso,
pidiéndole a Dios por tu bien,
deseando que todo tu entorno
agradezca y valore tu ser.
Ya de día los pájaros cantan,
la luna marchó a descansar,
las calles bostezan serenas
y hay un barquito en el mar;
y tú te habrás despertado,
yo te quisiera abrazar
y así, el sol habrá coronado
mi extraña forma de amar.
Al sentir el canto en la media luna
ResponderEliminarpor la voz que dulcemente acuna;
dejas que todo, que todo sea leve
y flotas ilusionado sobre esa nube
en la que el sueño es casi profundo
y lo bueno que existe en este mundo
en tu ser se prende y pronto sueña
y en mejilla espera un beso de seda.
Un beso María José y felices sueños
Muchísimas gracias por tu dulce comentario que si no es un poema a mi me lo parece. Ten un bonito día Dionisio.
ResponderEliminarBesitos.