Mi corazón, quisiera, tener guerrero,
un alma incandescente, sin compañero,
vestir una armadura de frío acero,
la frente decidida y el pulso fiero.
Volar sobre las cumbres de mi tristeza,
mirarlas desde lejos, con entereza,
y que mis lágrimas fluyeran con la dureza
de aquél que no sintió jamás terneza.
Y quisiera olvidarte, quererte menos,
pero en cada intento suicida de echarte fuera,
más se aferra mi vida a ésta alambrada,
de miel y espinas, de amor y llagas.
Unos versos preciosos y muy sentidos, me encantaron.
ResponderEliminarUn beso.
Muchas gracias María por tu lectura, me alegran tus palabras.
EliminarUn beso.
Tal vez sea el corazón el órgano más rebelde de nuestro cuerpo y de nuestra alma,casi nunca nos obedece.Pero sin él seríamos más fríos y calculadores,menos humanos...
ResponderEliminarQue tengas una bella semana Mª José.
Abrazos.
Es verdad, Jero, y aún con todo hay animales que tienen más corazón que algunos humanos. Muchas gracias por tu lectura querido amigo. Abrazos y que tengas una estupenda semana.
EliminarTal vez sea el corazón el órgano más rebelde de nuestro cuerpo y de nuestra alma,casi nunca nos obedece.Pero sin él seríamos más fríos y calculadores,menos humanos...
ResponderEliminarQue tengas una bella semana Mª José.
Abrazos.
Muchas gracias.
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