
La rana Felisa
se ha hecho mayor
ya no es gusarapo,
ya se transformó;
tiene cuatro patas
y ojos de botón.
Cuando era pequeña
parecía un gusano
que nadaba mucho
junto a sus hermanos
en el agua calma
del pequeño lago.
Ahora es presumida,
viste del color
de las hojas verdes
que hay alrededor
y todos los días
afina su voz.
¡Ay como me gusta
la rana Felisa!
salta, croa, nada,
nunca tiene prisa,
se come al mosquito
¡y así no nos pica!