domingo, 1 de junio de 2025

Desde este lado

 Se han borrado los colores, las palabras,

la ilusión de hacer las cosas, me he apagado.

Tengo que esforzarme por sentirme viva,

solo observo la continuidad de hora tras hora

que me pasan por encima como el viento

sobre un árbol que se adapta al contraluz.

Es terrible esta nostalgia que me surge

desde el centro mismo de mi alma.

Ahora qué hago sin tu dulce compañía,

si al llegar a casa no te encuentro,

si me voy sin despedida, si no puedo

darte un beso y  decirte vengo ya.

Mi pequeña Salvadora, mi gran madre,

aún después de ti voy descubriendo

el valor inmensurable de tu esencia,

de tu altura de nobleza y corazón.

Las estelas de tu amor son imborrables

y me llevan por defecto a amarte aún más.

¡Madre, cómo echo de menos tu sonrisa!

Gracias que Dios nos permite

volver a encontrarnos en la eternidad.







Te quiero mamá.