De todo, amigo, se sale,
del llanto, alegría, ensueño,
de ir por la vida sin dueño,
de lo que vale y no vale
y de estar duro que dale
inventando fantasías
que tornan en utopías
si la realidad destruye
lo que el corazón construye.
Sólo el amor permanece
como barco que se mece
sobre un mar que siempre fluye.