Mi corazón, quisiera, tener guerrero,
un alma incandescente, sin compañero,
vestir una armadura de frío acero,
la frente decidida y el pulso fiero.
Volar sobre las cumbres de mi tristeza,
mirarlas desde lejos, con entereza
y que mis lágrimas fluyeran con la dureza
de aquel que no sintió jamás terneza.
Y quisiera olvidarte,
quererte menos;
pero en cada intento suicida
de echarte fuera,
más se aferra mi vida
a ésta alambrada
de miel y espinas,
de amor y llagas.
Intenso, triste. y bello. El corazón tantas veces duele...
ResponderEliminarBesos
Muchas gracias Hanna.
EliminarUn beso bonita.