miércoles, 30 de julio de 2014

De sustos también vive el hombre.

Manolo, que ya son dos años largos los que está en el paro, recibe una carta, la abre y comienza a leerla en silencio. Su mujer que está planchando a su lado lo mira muy callada, espera que le diga algo sobre el asunto pero el hombre no articula palabra, en cambio, comienza a cambiarle el color de la cara. La mujer muy asustada le dice:
-Manuel, hijo, di algo, ¿qué ocurre?¿qué dice la carta? Manuel, te estás poniendo colorado, Manuel, habla, qué pálido te has puesto ahora...
¿Ahora? -dice el hombre- Ahora, María, ¡lo que me voy es bajo tierra!
-¿Qué estás diciendo de bajo tierra? qué mal fario por favor...
-Que sí María, que me mandan bajo tierra, como te lo digo... ¡Que voy a trabajar en el metro!

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